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Historia del Concejo de Aller

En el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo, están depositados dos puñales hallados en El Gumial, paraje magnífico de la montaña allerana, adscribibles a la Edad de Bronce. Forman parte, junto con los megalitos de El Padrún, de los primeros indicios conocidos de ocupación humana, pastoras y agricultores, que se establecieron en el valle de Aller en torno al cuarto o tercer milenio A.C.

Con la Edad del Hierro, durante el primer milenio A.C., aparecen los primeros asentamientos castreños, de los que ocho han sido inventariados en el concejo.

La romanización, tardía y superficial, dejó sin embargo ejemplos inequívocos de su alcance, como la lápida votiva dedicada a Júpiter (la más completa de Asturias en su tipo) que se conserva en la sacristía de la iglesia de S. Vicente de Serrapio, entre otros vestigios epigráficos y numismáticos. Sin olvidar la calzada que penetraba desde tierras de León por Vegarada o la vía de La Carisa.

En la Alta Edad Media se levantan los templos de LLamas y Serrapio y se tienen referencias de la presencia de monjes en el monasterio de Sta. Eugenia de Moreda. Las actas del Concilio de Oviedo celebrado en el año 1115, registran la asistencia de representantes de Aller, lo que prueba la integración del Concejo como demarcación administrativa, consolidada con la fundación de la Puebla de Aller.

Durante la Baja Edad Media, Aller forma parte del señorío asturiano del conde don Alfonso. Por aquel entonces la familia más importante del concejo eran los Quiñones, hasta su desplazamiento - en el siglo XV - por los Bernaldo de Quirós.

Desde finales de aquel siglo tuvo Aller jurisdicción propia con capital en Collanzo. El Concejo tuvo sitio preferente en la Junta General del Principado.

En 1808, en el campo de Miravalles, los alleranos declararon la guerra a los franceses. Y en 1869 la capitalidad pasó a Cabañaquinta.

De forma progresiva, durante el pasado siglo, el concejo va cambiando de una enconomía rural a otra industrial, particularmente desde que en 1892 la Sociedad Hullera Española comienza la explotación minera del Coto Aller, que tendrá un papel decisivo en el desarrollo económico-social del concejo.

En la década de los 80 la crisis de la minería del carbón, la pervivencia de pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas y el auge del sector servicios, marcan la actualidad de Aller.